Adiós a Explorer

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Después de 25 años en el mercado, Microsoft anunció que dará de baja a su navegador Explorer, la cual llegó a su versión 11, desde su aparición en 1995. En su lugar, repotenciará el explorador Edge, cuya versión estable fue lanzada a mediados del último mes de enero. Con la partida de Explorer, desaparece una leyenda que tuvo un papel protagónico en la difusión de internet durante los años de cambio de milenio y que dejó una marcada huella en el estándar de los navegadores actuales.

Para los milenials, el buscador Explorer era sinónimo de dinosaurio digital. Lento, pesado, anticuado, casi paquidérmico, tenía todas las características de pertenecer a otra época tecnológica, donde el lenguaje de programación obedecía a reglas ya obsoletas, que cada vez se distanciaba más de los procesos y requerimientos modernos.

Las críticas tenían mucho de fundamento, el Explorador que fue estrella y protagonista de fines del siglo pasado y comienzos del presente, perdió su personalidad con los tiempos modernos de internet que precisamente ayudó a edificar. Una era de velocidad en las redes, de la creación de múltiples y nuevas aplicaciones y el desuso de otras que ya no tenían ningún interés para los usuarios del siglo XXI.

Sin embargo, hubo un tiempo en que una gran guerra de navegadores, se desarrolló a fines del s. XX, dando paso a su reinado en una confrontación tecnológica que es necesario recordar y cuya huella aún yace en los navegadores contemporáneos.

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Historia de navegadores
Con la masificación de internet en la década de 1990, aparecen también los primeros navegadores que orientan el uso de esta. Algunos recordarán nombres como Netscape, Yahoo o Altavista, que fueron algunos de los más populares en esta zona del planeta.

En esencia, un navegador web es un software especializado que permite a un usuario buscar en los trillones de páginas existentes en internet, basada principalmente en algoritmos que buscan determinada información, ya sea en texto, fotos o vídeo. Su importancia es considerada como la columna vertebral del sistema de Internet.

El primer navegador web que registra la historia fue la WorldWideWeb desarrollada por Tim Berners-Lee, considerado el padre de internet y a quien debemos el http que antecede a las páginas web y que es el protocolo de transferencia de hipertexto, que se mantiene hasta la actualidad, y que ha tenido pocas actualizaciones.

Este primer software fue desarrollado para las computadoras que contaban con sistema Next, que no llegaban a las 50 mil en todo el mundo a inicios de la década del 90. Sin embargo, el éxito fue suficiente para que otros sistemas adoptaran el concepto. Así apareció el Mosaic o NCSA, cuya versión estable data de abril de 1992 y podía verse en sistemas operativos como Unix, Windows o Mac, el cual prometía constituirse como un navegador de proyección hasta la aparición de Netscape en diciembre de 1994.

Mosaic tuvo un breve exitoso reinado en internet a mediados de los años noventa y se le debe en gran parte la expansión y uso de internet, hasta que su licencia fue adquirida por Microsoft en 1995 y sobre la cual se desarrolló la primera versión de Explorer. Entre sus grandes aportes está la posibilidad de mostrar imágenes en línea con texto en lugar de mostrarlas en una ventana separada, configuración que permitirá posteriormente su uso en blogs y bitácoras. Para 1997, Mosaic ya era un recuerdo arqueológico digital.

Netscape vs Explorer
El declive de Mosaic tuvo como origen la aparición de Netscape en el mercado, a partir de diciembre de 1994 y el cual tuvo como inspiración a Mosaic. La compañía había sido formada a inicios de ese año y adelantó dos versiones del navegador (octubre y noviembre) hasta el lanzamiento de la definitiva, con la que competirá con el buscador Explorer de Microsoft a partir de 1995.

Por su parte, Microsoft adquiere la licencia de Mosaic sin deshacerse de ella aún, y sobre esa base edificará la primera versión de Explorer que incorporará a sus sistemas operativos, originando una fuerte competencia con Netscape y pelea por liderar el mercado.

Los últimos años del siglo pasado, era común encontrar al final de las páginas de internet, los íconos de Netscape y Explorer, precisando en cuál la página web podía verse mejor. Esta anécdota grafica la intensa lucha que se produjo entre los principales navegadores, por el visionado y uso para buscar a través de Internet.

Si en la actualidad se suele hablar de una lucha entre navegadores como Google Chrome, Mozilla Firefox Safari o Internet Explorer, estos enfrentamientos no llegan a la intensidad ni letalidad económica que sostuvieron los gigantes navegadores de entonces y que darían como y triunfador a Explorer de Microsoft a inicios del milenio.

Mientras entre 1995 y 1997 Netscape apuntaba al desarrollo de la web y se posesionaba en ella, Explorer de Microsoft no veía el potencial comercial que luego vio en la misma. Así, sólo en la tercera versión de Explorer, decide incorporar algunas herramientas por las cuales empieza a desarrollar su interés en los navegadores, iniciando una agresiva etapa de gratuidad del mismo que además ya estaba incorporada a su sistema operativo Windows.

El punto de quiebre se dio con Netscape Comunicator 4.0, a mediados de 1997, actualización que presentó múltiples fallas y fastidió a los usuarios cada vez más urgidos de velocidad, eficiencia y control.

De pronto el navegador Netscape, que alguna vez fue un software estable y sólido, se mostraba propenso a fallas, las búsquedas volvían a descargar una página web completa para volver a renderizarla cuando se cambiaba el tamaño de la ventana del navegador y el navegador normalmente no cargaba cuando la página contenía hojas de estilo en cascada simples. En una época donde se dependía de la línea telefónica para acceder a internet, esto resultaba crucial.

Microsoft lanzó entonces Explorer 5.0, subsanado todas las fallas de Netscape, mostrando una gran velocidad de descarga y actualizando con mejores herramientas, que terminaron por hundir a su competidor al cambio del milenio. Desde entonces, su reinado siguió hasta encontrarse con los nuevos competidores como Chrome y Mozilla, choque que no tardaría de esperar durante la segunda década del milenio.

Pero como diría Joseph Rudyard Kiplin, esa es otra historia.

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