Situaciones cojudas que todo vendedor necesita evitar

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Hay situaciones cojudas que el ejecutivo de ventas necesita superar, por ejemplo, tener romances dentro de la organización donde trabaja. Ponerle el ojo a la más bonita y que ella corresponda porque el galán es más joven que el gerente general, que por billetera gruesa ya ha tomado delantera. Estos triángulos siempre tienen un final harto conocido: los dos jóvenes amantes se van a la calle y con el reto de reclamar sus comisiones durante toda la vida, pues, han chocado con el dueño del circo.

No cometas esta estupidez, así tu corazón lata desesperadamente, porque el peligro se manifestará de mil maneras. Es mejor que los romances se desarrollen fuera de la empresa, para no ser despedido con un puntapié en el coxis y perdiendo todo.

Yo he visto casos donde no solo han perdido el puesto, sino, toda la credibilidad y hasta han tenido que salir del mercado, irse a vivir a Indonesia o Turquía, donde nadie los conoce y les recuerde el roche que pasaron en su etapa de picaflor descontrolado.

También he visto a gerentes generales perder literalmente la cabeza y el puesto, todo por dejarse llevar por ese impulso irresistible. Si, ya se, hay veces que es difícil controlar esos impulsos y que, tal vez, en el intento por resistirse el desbordado enamorado se vuelve loco.

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Solo necesitas tener claro y repetirte cada mañana, cada vez que estés ingresando a tu centro de trabajo, que tienes la firme convicción de no dejarte llevar por tus impulsos y que quieres mantenerte en la organización. Tus cosas en otro lugar.

He sido testigo de un caso alucinante en un diario limeño donde trabajé: una chica correctora de estilo se convirtió de la noche a la mañana (literal, de la noche a la mañana) en una editora periodística. Ni a ella ni al maduro periodista (jefe dentro del diario) les importaba el cuchicheo, los rumores y que el marido de la recién ascendida a editora se convirtiera en blanco de las burlas. Él no se daba por enterado.

Recuerda que tus éxitos no son valiosos si los enrostras a los demás, así como tu felicidad no es coherente si estás pisoteando a otro.

He visto también y a cada rato me entero de situaciones comunes de acoso sexual y que muchas mujeres callan, solo porque desean mantener el puesto, porque necesitan el trabajo. Ellas no se sienten bien, aunque claro, también conozco a las que no les importa un pepino el asunto moral o el qué dirán: lo importante es estar donde ellas quieren estar. Cada quién con su tema.

Esto no es un asunto moralista o de cucufatería, no mi querido enamoradizo, no tiene nada que ver con eso. Sí está relacionado con principios básicos para crecer en una organización y ser respetado en el sector donde te desarrollas.

Si tú ves que otros lo hacen, no hagas lo mismo, marca la diferencia. Si ves que los de la alta dirección se reparten (sin hablar) o compiten para ver quién sale con la chica que acaba de ingresar, tú no te copies ese modelo, entrénate en ser diferente, pues, si quieres triunfar, avanzar, enfócate, y apasiónate de tu carrera.

En el trabajo necesitas poner toda tu pasión para crecer profesionalmente, para innovar, para desarrollar nuevos mercados, para introducir soluciones o productos nuevos. La pasión en el trabajo marca la diferencia contra la conformidad que otros asumen en las organizaciones. Estos, cuando se ven en el espejo sienten ganas de dormirse, se aburren de la luz, y no inspiran a nadie.

¡Enamórate, vive enamorado, pero no comprometas tu puesto de trabajo!

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