En las últimas semanas, el gobierno ha iniciado las fases de reapertura de la actividad económica que en abril, según los reportes, tuvo una contracción de casi el 50%. Es por ello y frente a la cuarentena (no todo será liberado al 100% a fines de junio, será en etapas y fases), lo que se vuelve necesario es plantearnos tareas, acciones y sobre todo estrategias de corto, mediano y largo plazo.
Sobre las medidas, considero que el poder liberar un monto de la CTS, de la AFP, son acciones de micro plazo (o corto plazo), pero en vista de la caída en los puestos de trabajo se convierte en una alternativa útil en la medida que las personas lo apliquen para cubrir lo básico.
Otras acciones que podrían darse (con cargo a evaluar) y frente a la contracción del flujo es un recorte de la tasa tributaria (claro de manera excepcional) por este 2020 – 2021, tanto de cuarta como de quinta categoría, y también del impuesto a la renta (pero no del IGV). Lo que sí debemos tener claro es que esta caída en la recaudación, de alguna manera se tiene que financiar, es decir, se incrementaría la deuda pública.
Las transferencias de recursos a las diversas entidades, por parte del gobierno central, debe ser monitoreadas y supervisadas no solo por la contraloría (acciones de corto, mediano y largo plazo), sino por el mismo Estado (el control concurrente de las OSCI ya existe, pero sumarles auditorías propias y, sobre todo, gestión de riesgos) impulsando acciones de prevención y porque no la adecuación al reglamento de la ley 30424 por empresas que reciban beneficios del gobierno (Reactiva Perú, fondos para las mypes, entre otros), pudiendo ser todas y a todo nivel.
Este reglamento, publicado en el 2019, busca implementar acciones de prevención de cara a los potenciales delitos que se pueden presentar (por ejemplo, corrupción, cohecho, lavado de activos, entre otros), implementando el diseño de mecanismos de control y la aplicación de metodologías de gestión de riesgos y cumplimiento.
¿Qué nos deparan lo siguientes meses? La realidad es que el panorama es incierto y frente a ello aplicar la gestión de riesgos (ISO 31000) resulta esencial (también las herramientas señaladas en la ISO 31010). En ella se habla de un principio clave, relacionado con tener la mejor información disponible (hemos pasado de un byte a terabytes y ahora a exabytes). La pregunta que debemos hacernos sería: ¿qué podemos prevenir?
Podemos prevenir, por ejemplo, el friaje de junio, julio y agosto; la habilitación de las tierras para la cosecha del 2021; las ventanas de las exportaciones y las importaciones, entre otros.
Es importante resaltar que la incorporación de los servicios logísticos integrados al comercio electrónico (con medidas de prevención), son ahora vitales para las empresas. Debido a ello, y en vista del incremento de la delincuencia, las coberturas vía seguros de todo tipo serían fundamentales y generarían a las empresas y sus colaboradores acciones de prevención (mitigación) claves para la sostenibilidad frente a los riesgos en sus operaciones.
Finalmente, las acciones que puedan contribuir con la cadena de pago son importantes, necesarias y claves para salir de esta recesión. Se deben incorporar acciones de prevención y mecanismos de mejor conocimiento de los grupos de interés: clientes, proveedores, entre otros. Esto resulta vital para asegurar nuestra sostenibilidad en el mediano y largo plazo.