Desde su origen, los roles de la industria de la Tecnología de la Información (TI) han sido ocupados mayoritariamente por hombres. Aunque esta tendencia continúa y aún queda mucho camino por recorrer, la presencia de mujeres en áreas técnicas y profesionales es cada vez más habitual en este segmento económico.
El Foro Económico Mundial indica que el 24% de la mano de obra en el campo de la Informática a nivel mundial está conformada por mujeres. Además, un estudio realizado en el 2021 por el Laboratorio de Innovación del Banco Interamericano de Desarrollo reveló que del 30% de participación femenina en la industria tecnológica, el 24% de ellas ocupa puestos ejecutivos. Sin duda, la cifra va en aumento, pero es importante acortar la brecha de participación femenina frente a la masculina en esta industria.
Acortando la brecha
Del mismo modo, he observado que en el mercado laboral de TI hay una mayor presencia de mujeres en las áreas de centros de datos, programación, ventas técnicas y desarrollo de proyectos. Es evidente que las colegas femeninas realizan grandes aportaciones en los proyectos de ingeniería y desarrollo, en parte porque pueden aportar una perspectiva muy diferente. Esa visión es muy necesaria y un diferenciador clave.
En general, la industria TI es ahora un espacio más amigable, maduro y avanzado para las mujeres. Sin embargo, el progreso en este tema es lento, ya que la participación de las mujeres es todavía menor y conservadora.
Es importante señalar que la industria de las Tecnologías de la Información ofrece a las mujeres diversas posibilidades de desarrollo profesional y personal, como permitirnos trabajar de forma remota y flexible, facilitando así nuestra labor como madres.
Mujeres inspiradoras
En el ámbito laboral, no debería haber diferencias, especialmente en el siglo XXI, en el trato entre hombres y mujeres. En particular, yo me relaciono con las personas de la misma manera, dejando de lado las cuestiones de género, edad, entre otras, y espero lo mismo de mis otros compañeros de trabajo.
Se dice que nos diferenciamos de los hombres porque tenemos más inteligencia emocional y que somos más delicadas en las relaciones interpersonales, pero esto es muy relativo. En el contexto del Día Internacional de la Mujer en la Ingeniería, puedo afirmar que lo más importante es creer en nosotras mismas y en nuestras capacidades, dejando de lado los prejuicios sociales y siendo siempre conscientes de que podemos aportar mucho en cualquier segmento del mercado.