El fraude publicitario online busca de distintas formas generar tráficos falsos que perjudican a las empresas anunciantes cuando se publicitan en internet. Así, las empresas creen que sus anuncios están siendo expuestas a eventuales compradores, pero no es así, generando pérdidas de sus presupuestos destinados al marketing digital.
Esta creciente problemática en Latinoamérica y el mundo no solo afecta los bolsillos de grandes empresas, sino que también perjudica a todas aquellas pequeñas y medianas empresas que buscan atraer clientes a través de la web. A continuación, presentamos las seis variantes más comunes de este tipo de fraude detectadas mediante los softwares de la firma de tecnología Nei Analytics:
1. Banners superpuestos
Esta clase de trampa se produce cuando los anuncios son sobrepuestos uno sobre otro en determinados sitios. De esta manera solo se ve un anuncio, pero los anunciantes pagan por todos los que se muestran en el sitio web sin saber que en realidad están malgastando su dinero. Por ejemplo, quieres promover tu emprendimiento en línea y para eso pagas por 10 banners, pero el engaño está en que hay 9 banners detrás de uno, que es el visible y te terminan cobrando por los 10.
2. Banners de tamaños ínfimos
Este tipo de fraude banner es muy frecuente, ya que consiste en poner anuncios en espacios reducidos, por lo general de 1×1 pixel, haciéndolos imperceptibles para el ojo humano, pero no para el bolsillo del anunciante, que paga por cada impresión. De hecho, es importante mencionar que la superposición de banners y el tamaño de banners, en este caso pequeños, se pueden aplicar en conjunto haciendo que el fraude sea aún mayor.
3. Bots de navegación
El objetivo de este tipo de fraude es hacer que los sitios web, y por lo tanto, los banners sean vistos muchas veces, pero por bots, por lo cual el tráfico del sitio aumenta y también la cantidad de impresiones. De esta manera se crea la falsa ilusión de exposición, ya que las impresiones no fueron realizadas por usuarios reales con capacidad de convertirse en potenciales clientes, sino que por programas de computación.
4. Bots de clics maliciosos
Otro de los engaños más habituales son programas computacionales, que hacen clic repetidas veces en anuncios tanto de buscadores cómo de páginas web para dañar el presupuesto de marketing digital de la empresa. Este tipo de fraude se diferencia del anterior, ya que está enfocado en los clics y no solo en las impresiones o vistas.
5. Granjas de clics
Las granjas de clicks son grupos grandes de trabajadores normalmente mal pagados en países de bajos ingresos, cuya tarea es hacer clic repetidamente en anuncios usualmente desde una computadora o celular. Estas granjas por lo general son simples y bajas en tecnología, ya que la idea es mantener los costos lo más bajo posible. La función es la misma que la de los bots, generar clicks, pero en este caso se trata de personas haciéndolo, no de programas.
6. Falsos seguidores
Uno de los fraudes más corrientes es la creación de falsos seguidores en las redes sociales. Esta técnica sirve para diversos motivos, ya sea para dañar al contrincante haciendo que su publicidad sea menos efectiva o para cumplir metas de manera incorrecta. Es importante destacar que una gran cantidad de seguidores no sirve de mucho para lograr dar a conocer nuestra marca o generar conversiones, si estos no son usuarios reales.
Todos estos artificios son utilizados con el fin de dañar y alterar las cifras de exposición a las publicidades en Internet. Lo anterior, con la intención de obtener ganancias económicas por parte de cibercriminales.
Existen diversas acciones que se pueden llevar a cabo para prevenir que esta problemática global ataque el presupuesto publicitario. Por ejemplo, mantener las segmentaciones geográficas actualizadas y adecuadas a las necesidades de un producto, revisar periódicamente la calidad de las páginas donde se despliegan los anuncios, definir objetivos de leeds y contratar sistemas de bloqueo para search y/o display, que bloquean la publicidad a clientes o páginas con comportamientos anómalos.