Los que algunas veces han leído mis columnas recordarán que siempre recalco que pase lo que pase es poderoso mantener la vista en la meta. Suena como una pastilla positiva, de esos que abundan hoy por las redes sociales, de esas que todos comparten y pegan en su muro por simple moda, pero permiten que la frase entre por el ojo, navegue por el cerebro sin dejar una sola huella y se escape por el oído o sus poros. Es decir, una frase tan profunda y rica en enseñanza se desperdicia en la persona que aún no está lista para entender la evolución.
Enfocarse en el punto, en el objetivo y no distraerse en lo que no aporta para lo que se quiere conseguir, no es una frase que ha nacido de la iluminación de un coach o un sabio contemplador, es la simple conclusión del tiempo y la historia del hombre.
Miles de años de evolución con sus migraciones, conquistas, pérdidas y descubrimientos han hecho que trabajar en aquello que se quiere sea la fórmula para conseguir el éxito. Y cada quien podrá verlo en el vuelo del ave, el cauce del río, el crecimiento del árbol, la caída de la lluvia, la efectividad de la flecha, la bala en el punto elegido, el arco rival, el sueño que se persigue, etc.
Es posible, mi querido lector, que tengas varios talentos y que en algún momento de tu vida te hayas sentido confundido por no poder realizarlos todos. De pronto, te has visto en la necesidad de tomar una decisión para seguir adelante. Has tenido que elegir y enfocarte, atravesando el infierno para ir por aquello que querías y era tu meta.
También es posible -y muy seguro- que la insatisfacción te haya carcomido el pensamiento, preguntándote qué hubiera sucedido si tu elección hubiese sido otra. Sin embargo, sabes bien que lamentarte solo te llevará al dolor, al resentimiento, a paralizarte. En estos casos, es mejor aceptar que el aprendizaje se aprovecha para seguir adelante y que así se forman los maestros.
Hoy, con el poder de las comunicaciones y las múltiples opciones que tenemos para enterarnos de las cosas, no hay forma que una persona (que quiere avanzar en su formación y crecimiento) no pueda acceder a contenidos especializados que le ayudarán en su objetivo. Se puede compartir experiencias y tener la oportunidad de ver lo que otros han hecho para enfocarse y conseguir sus objetivos; así como también están los casos de aquellos que se perdieron en el camino porque no supieron enfocarse o, simplemente, no quisieron potenciar su talento y se abandonaron.
Si tú aún estás en la disyuntiva de cuál camino tomar, es bueno que busques a un familiar, amigo, psicólogo, coach, o cualquier persona con experiencia que te inspire confianza para que le preguntes y le confieses lo que sientes. También podrás lograrlo por ti solo, pero te tomará más tiempo y quizás así sea para ti el aprendizaje.
No cargues con el mundo, nadie te lo ha pedido y si lo han hecho, dales una patada en el poto y que no se te acerquen más por mediocres y abusivos. Tú no eres culpable de lo que le sucede a la gente, tú eres responsable de ti y hazte cargo de eso sin ninguna explicación o justificación.
Y, seguramente, te estarás preguntando ¡cómo carajo! sabrás identificar cuál es el camino, la profesión, el trabajo, la enamorada, la maestría, la inversión, etc., en el momento indicado. Mi respuesta es que no tengo la menor idea, no hay un secreto ni una bolita mágica, solo está la convicción que tengas para hacer lo que te gusta y crees que te servirá para conseguir lo que quieres.
No hay secreto, lo que sí hay es experiencia. Por lo tanto, intenta cuántas veces sea necesario y equivócate las veces que sea para que te vuelvas un experto y ganes maestría. De tanto practicar te convertirás en un maestro.