Estamos ad portas de recibir un nuevo año y siempre es importante y aleccionador realizar un repaso de lo que se ha vivido. Los días pasan con sus alta y bajas, los problemas vienen y se van de la misma forma en que las solucionamos a cada una de ellas y, sobre todo, de saber crear nuevas oportunidades. Afirmo que, a pesar de la coyuntura política, el 2019 es un buen año.
La experiencia que destaco de este año es la que viví en Tokio, gracias a una invitación de Casio. Fue una semana muy intensa y de asombro, pues me tocó descubrir una ciudad completamente diferente a otras ciudades del mundo. Para empezar, está adelantado 14 horas en referencia a Perú.
Las personas son muy amables en Tokio. El orden es muy notorio. La limpieza, la extrema puntualidad, el respeto al visitante, la honestidad y la disciplina es lo que más caracteriza al pueblo japones. En estas características y muchas otras más, están los pilares de su desarrollo. Esas características (usos y costumbres) son necesarias en nuestro país para que comience a ser potencia en el mundo, porque el Perú es un territorio privilegiado.
Es justamente por la disciplina que el pueblo de Japón pudo salir de la miseria en la que quedó después de la Segunda Guerra Mundial en 1945, y como consecuencia de las 2 bombas lanzadas a las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. En 2 décadas supo sobresalir hasta llegar a ser uno de los países más desarrollados y poderosos del planeta.
Fruto de su desarrollo nacieron y emergieron muchas empresas, la mayoría del rubro de la tecnología, una de ellas es Casio, muy conocido inicialmente por las calculadoras (¿quién no usó en su época estudiantil este equipo?) y los relojes. Ambos se siguen usando y comercializando. Sin embargo, hace pocos años Casio lanzó un nuevo producto al mercado y me refiero a los proyectores de tecnología LED que ya tienen un posicionamiento muy importante en el Perú, por las bondades que ofrecen.
Visité la fábrica de Casio en Yamagata, a 2 horas de Tokio, y mi viaje fue en el famoso Tren Bala. Una inolvidable experiencia. Fue una experiencia impresionante poder ver todo el proceso de fabricación: desde la recepción de las partes internas, el armado, ver como los robots colocan los dispositivos más diminutos, los compartimientos de prueba y control de calidad por los que pasan cada proyector, para finalmente transitar por un área de empaquetado y embalaje con otros robots que se dedican a esta tarea final.
Fue para mí un privilegio estar dentro de las instalaciones de Casio y presenciar el desarrollo de la tecnología aplicada en los proyectores y, además, el compromiso que tienen con el cuidado del medio ambiente. Es un proceso que pocos tiene la oportunidad de apreciar. Los proyectores Casio, como es sabido, se caracterizan por el ahorro de energía, el encendido rápido, la ausencia de lampara (obviamente por el uso de la tecnología LED), entre otras bondades.
Mi agradecimiento a todo el equipo de Casio que me dio una atención de primer nivel durante los días que estuve en sus instalaciones, particularmente a Mr. Kashio, presidente y CEO de la compañía; a Masakazu Hirano, presidente de Casio Latin America; a Merriam, tremenda anfitriona que se preocupó constantemente de nuestra buena estadía durante la visita a la ciudad y a las instalaciones. Mi agradecimiento especial a Ofelia Ruiz, Manager DPJ Division Casio Latin America, quien desde un principio apostó por nosotros como uno de los primeros canales de distribución en Perú de los proyectores a través de la empresa Proyectos Multimedia, que confió en nosotros y juntos logramos muy buenos proyectos que ahora me permite contarles mi buena experiencia.
¡Arigato Casio!
Por Arturo Corrales Naveda
Gerente general de Compuper