Cuatro claves para optimizar un centro de datos híbrido

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El cómputo en la nube es una tendencia creciente en los últimos años. Bajo este paradigma se han ido consolidando diversos modelos de nube en los centros de datos, siendo el híbrido uno de los más difundidos. En un inicio las operaciones de los centros de datos se llevaban a cabo solo de manera interna, es decir en instalaciones “en sitio” o también llamadas “on premise”.

Posteriormente, con la aparición de la computación en la nube, las operaciones también pasaron a gestionarse fuera de las organizaciones en diferentes esquemas, que involucran servidores para un solo usuario (nube pública, privada o híbrida) o varios usuarios. Así también, se empezó a contratar recursos de infraestructura física a los que el cliente accede de forma remota. La combinación de todas estas plataformas en una misma organización da lugar a las infraestructuras digitales híbridas.

Sin embargo, en algún momento, algunas organizaciones que habían avanzado hacia el modelo de nube, decidieron reincorporar ciertas soluciones al esquema “en sitio”. Se trata de un efecto búmeran.

Un estudio de Nutanix Enterprise Cloud Index 2020, revela que la adopción de soluciones en la nube es creciente en el mundo de TI, pero que por el estudio también se puede concluir que el mundo ‘on premise’ no desaparecerá.

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La gestión de una infraestructura digital híbrida (HDIM) es un tema relevante para los departamentos de TI, pues deben mantener la fluidez de sus soluciones independientemente de la plataforma por la que atraviesen o en la que se procesen los datos.

Una infraestructura de telecomunicaciones adecuada debe facilitar y permitir la optimización de las operaciones en un centro de datos híbrido. El objetivo final es poder atender a todos los clientes y soportar cargas de trabajo más rápidas, gracias a la reducción del tiempo de producción. Además, con una gestión optimizada se busca minimizar los costos de operación y reducir los riesgos en el funcionamiento del centro de datos. En ese sentido, para lograr una adecuada gestión, se deben considerar cuatro claves.

1. Conectividad de alta velocidad. Para mover la data dentro y fuera de los centros de datos (hacia las nubes), se requiere fibra óptica de alta calidad. Para este propósito, dentro de la gama de Panduit destacan las fibras multimodo OM4+, las cuales permiten contar con anchos de banda suficientemente grandes para mover el tráfico de manera óptima.

A este propósito también ayudan los cables preconectorizados (tanto para interconexión como en troncales), los cuales permiten hacer implementaciones muy rápidas. Asimismo, los patch cord de alta densidad permiten administrar de manera sencilla grandes volúmenes de fibra óptica, pudiendo montarse 144 o hasta 216 hilos por unidad de rack.

2. Flexibilidad y optimización. La segunda clave es la flexibilidad y optimización del espacio para alcanzar un footprint menor. Esto se consigue a través de gabinetes que aprovechen mejor el área del centro de datos, logrando alturas más allá de las 42 unidades típicas. Las soluciones de Panduit pueden llegar a brindar 45 e inclusive 52 unidades de rack.
Pero no se trata solo de albergar una mayor cantidad de equipamiento en la misma área que otras soluciones, sino de ofrecer robustez en la construcción de esos elementos para poder instalar cualquier tipo de equipamiento de forma segura y con la debida refrigeración y gestión de carga eléctrica.

3. Seguridad y eficiencia. Al hablar de este punto, no solo se debe considerar la ciberseguridad (muy críticos en la actualidad), sino también la seguridad física. Una buena solución debe brindar tranquilidad a los administradores, ya que los datos y las aplicaciones estarán en un lugar seguro donde solo accede personal autorizado, bajo sistemas de autenticación, códigos, tarjetas de acceso, entre otros, debidamente gestionadas.

Pero, además de la seguridad en el acceso, también se debe garantizar la integridad de los componentes, por ende, de la información que albergan. Sí, mediante sensores de temperatura, humedad, movimiento, etc., se obtiene un hub de monitoreo y seguridad para las instalaciones.

4. Administración de la infraestructura. La cuarta clave es la administración de la infraestructura, mediante la cual se dispone de plataformas y soluciones que brindan reportes, búsquedas, dashboards, alertas, mapas y métricas de toda la infraestructura, permitiendo también el monitoreo ambiental y de activos, así como del control del acceso, entre otros. Esta importante capa se gestiona a través de plataformas en la nube de manera sencilla y confiable.

En resumen, el buen funcionamiento de un centro de datos híbrido depende de una plataforma que no solo permita la conexión entre los diversos entornos de procesamiento (‘en sitio’, nube privada o nube pública), sino que también pueda garantizar la gestión optimizada de toda la infraestructura de telecomunicaciones.

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