Todas las personas poseemos cualidades y dones que desarrollamos con el pasar del tiempo. Pero, ¿qué pasa cuando crees conocerlo todo y piensas que harás de tu vida la misma rutina?. Ese fue el caso de Sonia Vásquez Porras que a sus 43 años nos relata cómo hace seis años su vida era totalmente distinta, y fue el mismo tiempo el que le brindó la oportunidad de encontrar su verdadera pasión en las ventas.
Aprendizaje familiar
Durante los años 80, Sibiardo Vásquez y Eduvina Porras, naturales de Cajamarca y Huancayo respectivamente, encontraron en la capital limeña la oportunidad de formar una empresa de fabricación de equipo dental. Su hija Sonia, segunda de cuatro hermanos, aprendió el duro trabajo de la fabricación de los equipos y lo complejo del negocio familiar durante 15 años.
Ya casada, Sonia y su esposo Ames Ibarra, llevan una vida bastante cómoda junto a sus dos hijas. Él ,inmerso en el mundo de la importación de productos tecnológicos, ve en su esposa una oportunidad de potenciarla y decide empujarla hacia el camino de las ventas. “Un día, mi esposo me sorprendió al traerme a las galerías y mostrarme el que sería mi stand, no cabía en mi asombro, ya que nunca había vendido nada”, comenta Sonia. Al parecer Ames había apostado por su intuición empresarial y saco a su esposa de la rutina para emprender el largo camino de las ventas.
La recompensa del esfuerzo
Durante los próximos años, las ganas de arriesgar y querer aprender motivaron a Sonia, dejando atrás el llanto y la incertidumbre de no saber qué hacer con su nueva vida. Ahora, se siente orgullosa de brindar no solo el mejor trato para sus clientes, sino también de ser ella misma una autodidacta en ventas y del conocimiento necesario al momento de vender sus productos. “Encontré en internet, material que ayudó a mi superación personal, manuales, libros, tutoriales, todo es válido para ser un mejor vendedor, solo hay que ponerle ganas a las cosas”, relata una sonriente Sonia, quien se confiesa admiradora del desaparecido, Miguel Angel Cornejo.
S&M Compuvas comercializa accesorios, insumos y suministros para laptops y es Sonia la que lleva la batuta como gerente general, respaldada firmemente por su esposo.
En el plano familiar, ambos han sabido compartir los roles en casa. Y para estar más cerca de la familia convirtieron el primer piso en oficina y el segundo en su hogar. “Mi hija mayor estudia odontología en San Marcos y la menor es una excelente alumna que se prepara desde el colegio, ellas son nuestro orgullo y han presenciado nuestro esfuerzo y dedicación para sacar adelante nuestros negocios, que son también parte de nuestra vida. Ellas también saben del negocio y nos apoyan”, concluye Sonia.