IBM anunció la disponibilidad de las primeras cintas y unidades magnéticas de la industria que pueden almacenar una cantidad de 45 TB de datos comprimidos en un solo cartucho (18 TB sin comprimir). La nueva unidad y cinta se basan en la reciente especificación Ultrium LTO-9 y están diseñadas para brindar a las organizaciones mayor acceso, rendimiento y resiliencia para datos almacenados localmente, en la nube o edge.
Además de tener un 50% más de capacidad que su predecesor, la LTO-9 Tape Drive, que viene en tres modelos: F9C (Fibre Channel), F9S (Fibre Channel) y S9C (SAS), presenta varias mejoras de rendimiento importantes. Por ejemplo, las nuevas unidades admiten velocidades de transferencia de datos de hasta 400 MB/s para cartuchos de altura completa y 300 MB/s para cartuchos de media altura, un aumento del 11% con respecto a la generación anterior.
Las unidades también cuentan con el nuevo Open Recommended Access Order (oRAO) de IBM, un acelerador de recuperación de datos que permite a las aplicaciones recuperar datos de cintas con un tiempo de búsqueda mucho más reducido entre archivos. Específicamente, oRAO, que se puede usar con datos comprimidos o sin comprimir, puede reducir los tiempos de acceso hasta un 73%. oRAO, que fue desarrollado a partir de la tecnología de aceleración de acceso a archivos de IBM, también puede acelerar los tiempos de respuesta de ciberresiliencia al acortar el tiempo necesario para recuperar datos.
La unidad de cinta IBM LTO-9 está diseñada para dar soporte de forma nativa al cifrado de datos, con funciones de encriptación y desencriptación desde el core del hardware residentes en la propia unidad de cinta para garantizar la privacidad de los datos y reducir el riesgo de corrupción de datos por virus o sabotaje.
Las cintas son portátiles y se pueden colocar fácilmente en ubicaciones remotas fuera de línea para una protección superior contra amenazas naturales o provocadas por el hombre. Cuando el nuevo IBM LTO Ultrium 9 Data Cartridge se extrae de la unidad de cinta o librería, queda físicamente “separado”, lo que reduce en gran medida el riesgo de cibersabotaje.
