Empezaron a caer los corruptos. ¡Qué interesante e inolvidable etapa que se viene para el Perú! La justicia necesita ser implacable, poderosa e inmisericorde contra el corrupto, sin importar su cargo o edad. Y para llevarlo a cabo se necesitan fiscales y jueces comprometidos y con capacidad de involucrar a otras autoridades y a la población.
En solitario no se puede derrotar a la corrupción. Es clave saber comunicar e involucrar, ser rápidos y prudentes. La tecnología cumple un papel importante para encontrar los rastros que han dejado los corruptos. No tienen forma de escapar, ya están identificados; si escapan, será porque los encargados de investigarlos y juzgarlos se han coludido. También son corruptos.
Es una oportunidad de lujo para el joven peruano y para el adulto, ya sean amantes de dictadores o enemigos de estos. Es también la oportunidad para los que hoy viven cerca o son parte de la corrupción, para liberarse y entregarse a la justicia. Es tiempo de rediseño. Después vendrá la oportunidad sublime de mirarle la cara a tus hijos y pareja. Serás una persona nueva.
Si tú conoces a un corrupto, denúncialo, sin esperar recompensa, más que la satisfacción que te da el acto de limpieza. Si tú ves corrupción en tu empresa, denúncialo, porque quedarte callado te vuelve cómplice, es más, te acojuda y genera hemorroides.
Si ves caer (arrestados y exhibidos como ladrones) a tu tío, a tu padre, a tu abuelo, a tu madrina, no llores, siéntete liberado y marca tu distancia. Así es como nacen los nuevos tiempos. No te pongas a defender al ladrón, apártalo de tu círculo, sin miedo.
Se viene una etapa maravillosa para que te descubras temblando y al mismo tiempo decidas no cerrar los ojos; al contrario, servirá para que te atrevas a ingresar a un nuevo espacio donde no apoyarás a corruptos, para que ya no seas parte de ello, que ya no entregarás coimas, que te levantarás de la mesa cuando te pidan el 10% para ganar una licitación.
No tengas miedo, en todo caso, que el miedo no te paralice, que no te convierta en una estatua donde las palomas defecan y tú sigues existiendo con tu sonrisita de “aquí no pasa nada”. Activa tu rebeldía observando y cuestionando, exigiendo que el personaje que más admiras también se vaya a la cárcel si es que está involucrado. No pretendas salvar a nadie, deja que el corrupto viva su periplo para que se acepte como tal y si lo elige, empiece su rediseño.
No importa tu edad para comprometerte en la lucha contra la corrupción, no me vengas con huevadas como que tú ya no crees en nada, que ya has vivido tanto, que has visto de todo y que nunca se ha castigado al ladrón mayor y gordo. Aquí estamos y si estás alerta y te manifiestas, tal vez esta histórica oportunidad sea aprovechada para castigar a los que se aprovecharon de la confianza que les dio el pueblo.
No vayas a creer que luego de que todos los corruptos se vayan a la cárcel, ya habremos triunfado para siempre contra la corrupción. ¡No! Nada que ver, esto es constante, es parte de la sociedad. El asunto es no dejarse vencer, no dormirse; necesitamos estar siempre alertas. Cada etapa tiene sus corruptos.
¡Alerta, mi querido lector!
