Garantizar la seguridad de los servicios de banca móvil es apremiante para cualquier entidad del sector que quiera conquistar desde ya a una generación que no concibe un mundo sin movilidad. Estudios globales lo confirman.
Ninguna organización con visión de futuro puede desechar hoy la movilidad como factor fundamental de su estrategia comercial y de mercadeo, pues hace parte de la vida diaria de los jóvenes y consumidores del mañana. Y el sector bancario no es la excepción. De hecho, sus entidades deben buscar hoy en día en la tecnología las alternativas necesarias para ofrecer a sus clientes servicios acordes con los nuevos tiempos y no perder competitividad. Pero ninguna estrategia en este sentido será viable sin incluir la seguridad como parte integral de la misma.
Un estudio internacional acerca de las actitudes de los jóvenes hacia los servicios bancarios y la banca en línea de Gemalto, realizado en Estados Unidos, Reino Unido, México, Brasil y Singapur, encontró que la llamada Generación Móvil (entre 16 y 24 años de edad) utiliza en un 38% dispositivos inalámbricos durante más de cinco horas diarias, y en un 92% posee al menos un dispositivo móvil. Reveló incluso, que 27% de los encuestados preferiría no tener cuenta bancaria, antes que no tener celular.
Las cifras internacionales son reveladoras. El 45% utiliza la banca móvil únicamente por el celular; y de quienes usan con frecuencia algún servicio bancario, la mayoría lo hace para pagar cuentas (40%) y para hacer transferencias locales (26%). Es tan importante el servicio para los clientes del segmento que el 37% de los encuestados cambiaría de banco si no pudiera gestionar sus operaciones bancarias a través de su dispositivo móvil.
La Superintendencia de Industria y Comercio realizó recientemente un Estudio de Acceso al Servicio de Internet Móvil en el país, que evidenció -a partir de 2013- un aumento significativo en la oferta y la entrada de más competidores al mercado.
Por otro lado, según cifras de Osiptel, hay 1,73 millones de conexiones fijas en hogares y de un total de 15,4 millones de líneas asociadas con dispositivos inteligentes; se cuenta con una penetración de internet móvil de 51% en el país.
Cabe resaltar que dicho aumento en el acceso de internet tanto fijo como móvil, se viene presentando también en aplicaciones como banca móvil que, a febrero 2016, mostró un incremento de 441% interanual en el monto de las transacciones, según Asbanc.
Asimismo, las operaciones efectuadas en la banca por internet tuvieron también un aumento importante, avanzando un 44% en el mismo periodo interanual.
Actualmente uno de cada diez peruanos, usa internet móvil, a cual alcanza el 51% de habitantes en Lima y alrededor del 46% en el resto del país.
Esa es hoy la población local que el sector bancario tendría que seducir a través de productos móviles cada vez más seguros, y las razones para emprender esta nueva apuesta son también contundentes. De acuerdo con otro estudio reciente de Gemalto, un usuario móvil promedio utiliza 2,3 productos de su entidad financiera; mientras que el usuario promedio que acude únicamente a las sucursales solo tiene 1,3 productos.
Aparte de las mejoras en eficiencia, tiempo libre y calidad de vida para sus clientes, la utilización de la banca móvil puede aumentar los ingresos por cliente de los bancos en un 72%, un porcentaje realista sólo si se trata de operaciones seguras. Porque la banca móvil depende totalmente de este factor, que en la práctica se traduce en la confianza necesaria para el desarrollo del nuevo canal.
Porque a medida que aumenta la penetración de la banca móvil en el mundo, crecen los ataques informáticos. Y los bancos tienen que protegerse, no solo para evitar los costos asociados con el fraude, sino, más importante aún, para proteger su reputación. La confianza de los clientes es uno de los mayores activos de un banco, y en esta nueva era tecnológica bastará tomar las precauciones necesarias para protegerse, proteger a sus clientes, apostarle a los jóvenes y ver la seguridad como una parte integral de su estrategia móvil, no solo como un agregado. Eso garantizará clientes y bancos felices.