La celebración de los 13 años de Canal TI coinciden con la fiesta del Mundial de Fútbol de Rusia en el que los peruanos hoy ponemos nuestra atención de manera impresionante. La convicción de Gareca y su alto nivel de enrolamiento con su equipo técnico, jugadores y los dirigentes, es una muestra de que la actitud y la disciplina están siempre por encima del talento, la pereza y las distracciones.
Paso a paso, observando y sin lamentarse, pero aprendiendo la lección de las derrotas y triunfos, el equipo peruano consiguió su clasificación para el mundial. Hubo algunos factores denominados suerte, es verdad, pero de nada sirve la oportunidad si es que el ser humano no está preparado para reconocerlo y aprovecharlo, si es que no está decidido a seguir disciplinado y enfocado.
Lo que sucede en los equipos de fútbol sirve para analizarlo y aplicarlo en las organizaciones empresariales, de gobierno, y la misma familia. Las estrellas y reyezuelos no forman equipos, ellos lo dividen y hacen que los demás trabajen para que ellos puedan brillar. Estos perdedores, que muchos confunden como ganadores, no se dan cuenta del impacto de sus acciones en los demás y cómo destruyen los objetivos del colectivo.
Ser equipo es nuestra tarea, sin perder las convicciones, las formas de ser y de ver las cosas. Ese es el reto de ser equipo: alinearse en un objetivo dejando atrás las diferencias. No es coherente querer hacer equipo exigiendo que todos piensen igual, que tengan la misma religión, color y raza.
