Estrés en el trabajo

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Las largas horas de trabajo, las mayores expectativas sobre el rendimiento y el aumento de la competitividad más allá de lo razonable, hacen que las oficinas sean lugares altamente estresantes. Ese estrés se traduce no solo en malestar psicológico sino en enfermedades concretas que se exacerban cuando el paciente está expuesto a un ambiente laboral nocivo. La artritis reumatoide, la psoriasis y la diabetes son algunas de ellas.

El estrés, una amenaza real

Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el estrés es la respuesta física y emocional a un daño causado por un desequilibrio entre las exigencias de un empleo y los recursos y capacidades de un individuo para hacerles frente. Este desequilibrio puede dar lugar a trastornos emocionales, problemas de comportamiento, cambios bioquímicos y neurohormonales, todo lo cual supone riesgos de enfermedades mentales o físicas.

En el caso de la artritis reumatoide, esta dolencia crónica que produce inflamación de las articulaciones se potencia en situaciones de continuo estrés, como ocurre en el caso de un ambiente laboral sobrecargado. Más aún, se considera que los pacientes con artritis reumatoide con alto estrés laboral presentan mayor riesgo de desarrollar placas de aterosclerosis en las arterias carótidas del cuello, con lo cual pueden desarrollar enfermedades cardiovasculares.

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La psoriasis, a su vez, es una enfermedad autoinmune que causa inflamación, descamación, dolor y coloración rojiza en la piel. Si bien tiene un importante componente genético, se la asocia habitualmente con el estrés por ser el desencadenante de los episodios agudos de la enfermedad.

La alimentación desequilibrada y la actividad física insuficiente están en la base de la obesidad y son clave en la generación de enfermedades no transmisibles (ENT) como el cáncer y la temida diabetes tipo 2. Se ha encontrado una relación entre los trastornos de sueño y los riesgos psicosociales.

Los altos costos del estrés

Alrededor de cuarenta millones de personas en Europa sufren estrés laboral, siendo ésta la causa del 50% al 60% del total de días de trabajo perdidos. Solo los casos de depresión asociada al empleo tienen en ese continente un costo de 617 billones de euros anuales.

En el Perú, la protección de la salud mental y el bienestar están contemplados en la legislación sobre Seguridad y Salud en el Trabajo como un derecho del trabajador y una obligación del empleador. La ley peruana exige también a los empleadores realizar evaluaciones de riesgos psicosociales en el ambiente laboral.

Para la OIT, la salud mental es un estado de bienestar, tanto individual como colectivo, en el que los trabajadores desarrollan sus propias capacidades, son productivos y colaboran con su comunidad. En ese sentido, un programa de salud laboral debe promover y conservar el mayor grado de bienestar físico, mental y social de los trabajadores en toda ocupación.

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