El triunfo de Perú sobre Ecuador y toda la euforia que está causando podría ser una gran oportunidad para que te observes y entiendas un poco más de cómo vienes siendo hasta ahora. Es un ejercicio que podría darte muchas luces sobre tu forma de reaccionar ante las adversidades y el éxito, frente al triunfo de los demás, lo que piensas sobre la pereza, el talento y la falta de disciplina. Tu actitud frente a la truculencia.
No lo desperdicies. Utiliza estos días hasta que llegue el partido frente a Argentina en Buenos Aires y el que jugaremos frente a Colombia en Lima, el último que seguramente será el que te causará más estrés que cualquier otra cosa que has vivido últimamente.
Si no tienes idea de cómo empezar, aquí te proporciono dos preguntas que podrían darte una ruta. Antes, es necesario que te recuerde que es clave que seas sincero, exageradamente transparente contigo mismo. No te mientas, porque si lo haces, lo tuyo ya es irremediable, por lo menos, al corto plazo. Eso quiere decir, que necesitas seguir experimentando la forma que eres ahora para ver hasta dónde llegas. Eso sí, piensa que no puedes vivir e irte de este mundo sin antes haber experimentado el rediseño. Busca una forma de ponerle fin a la mediocridad para que empieces algo diferente.
¿Te uniste al malévolo y simplón coro de los que crucificaron al arquero Cáceda por el error que cometió frente a Bolivia?
Es importante que identifiques cuál fue tu actitud. Qué cosas te provocaron decir, si es que te mandaste con todo vía redes sociales para decirle su vida y de paso a Gareca, por no elegir a otro arquero.
Identifica qué sentiste al verlo durante el partido frente a Ecuador y qué pensaste o dijiste sobre Cáceda después del triunfo. Tal vez, instintivamente te inspiró pedirle perdón o, para variar, dijiste que sigue siendo malo y que no le metieron gol porque los ecuatorianos no saben jugar fútbol.
Recuerda que con frecuencia estamos anulando a los demás, ya sea sobreprotegiéndolo o diciéndole que no sirve para tal tarea o para estudiar matemática o letras. Crecemos en un entorno que no reconoce y destaca el éxito, al contrario, estamos viendo cómo opacarlo y hundirlo.
¿Eres de los que pedían que Jefferson Farfán retorne a la selección?
Esta pregunta es clave para que identifiques cuál es tu actitud frente al éxito, la inspiración y el trabajo.
Farfán es un jugador indisciplinado, reincidente, pero que tiene virtudes como futbolista, pero débil para sostener una disciplina de profesional. Es un pelotero con plata, pero no un atleta profesional. Por lo tanto, distinto y ajeno al perfil de jugadores que ha venido convocando Ricardo Gareca, a quienes los valoró e hizo comprender que solo la disciplina y la constancia sostienen una filosofía de vida.
Recuerda que el gran problema del país es la corrupción, la indisciplina y la suicida vocación por la criollada, el sacarle la vuelta a la ley, romperle la mano a la autoridad, y esa costumbre de elegir autoridades que “roban, pero hacen obras”.
Cuidado, es posible que estés justificando el éxito que se consigue como sea y por eso te parece normal cruzar la avenida por cualquier lugar, estacionar en lugares prohibidos, no respetar el orden de llegada, no ser solidario ni compasivo.
Con estas dos preguntas puedes ir profundo, para saber dónde estás parado en tu evolución. Para saber qué podrías desechar de lo que hoy te identifica como ser humano, como el empresario, el ingeniero, el estudiante y trabajador.
No dramatices con el resultado, simplemente, elige ser distinto y trabajar en tu objetivo. Entrénate diariamente en lo que quieres ser.
