La convicción para ganar en el 2018

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Hay muchas razones para enfrentar este año con más convicción y deseos de ganar todo, de concretar proyectos y perfeccionar la organización de las empresas. Eso de perfeccionar es un decir, pues, podría ser redefinir e ingresar a un proceso de reingeniería total. Nada es para siempre, menos en las organizaciones donde la dinámica es impredecible, ya sea por la calidad (aptitud y actitud) de los colaboradores. De la capacidad de formar un equipo solidario y con deseos de superación. 

Un equipo no está conformado, necesariamente, por personas que piensan igual, que tienen las mismas costumbres y creencias. Al contrario, a veces, es mejor un equipo donde reina la diversidad y existen personas con distintas competencias, pues, en el proceso de formar un equipo irán encontrando aquello que los une y empuja hacia objetivos comunes.

Necesitamos de la convicción para sostener lo que creemos y hemos venido haciendo. Convicción para seguir moviéndonos y no paralizarnos con el ruido político y la falta de liderazgo en el gobierno. Convicción para apostar por la innovación y la capacitación que nos distingue frente al que, en estas circunstancias, se queda quieto, meditabundo, pensando y esperando que pase la tormenta.

Estos últimos son los que están esperando un buen tiempo para concretar sus metas. El inconveniente y la gran traba para este tipo de personas es que se acostumbran a esperar “los buenos tiempos” sin saber identificar cuál es la característica o señal de un buen tiempo para hacer las cosas.

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Es como los eternos enamorados que esperan casarse -dar el siguiente paso- cuando todo esté bien, “cuando ya me haya graduado”, “cuando ya esté listo el departamento”, etc., y nunca llegan a concretar su unión porque ese “tiempo bueno nunca llega”. Todo se seca y muere.
La convicción, más que una certeza es una energía poderosa y un deseo de que el resultado de una acción será positivo. El que está convencido de lo que quiere no abandona su proyecto ante las duras pruebas, busca inspiración en la tormenta, en la lluvia, en la inmensidad del mar mientras nada para llegar a la orilla. No se abandona y deja que le devoren los tiburones, pelea y defiende su vida.

La convicción es peligrosa también, pues, es la que en modo extremo lleva al fanático a defender lo indefendible, por ejemplo, adorar a asesinos, a justificar el robo, la truculencia y las violaciones de los derechos humanos. El fanático es un peligro porque lleva su convicción a los niveles irracionales de donde todo se justifica a favor de sus objetivos.

La convicción necesita de la coherencia y la lógica para no convertirse en fanatismo y absurdo. El que está convencido de sus objetivos necesita demostrar a los que le acompañan las razones de lo que cree. El que es coherente y lógico es capaz de explicar lo que quiere -transmitiendo con energía y claridad- las razones (conocimiento del mercado, de la tecnología, la situación económica y política, etc.) de su convicción.

Este 2018 es un año especial y tal vez así sea hasta el final del gobierno de PPK. Si eso está claro para ti, entonces, enfócate en ver dónde está el negocio y cuáles son las alternativas para seguir moviendo tu empresa. Si gran parte de tu negocio se sostenía en las ventas al Estado y esto ha venido cayendo, no te quedes esperando que mejore, busca otras opciones. Quizás esta es la oportunidad que estabas esperando para empezar a ofrecer servicios y soluciones que hoy no están en tu portafolio.

Lo peor de la convicción es que estés convencido que todo está perdido.

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