El estado de aislamiento social producto del covid-19 ha puesto de manifiesto la necesidad de acelerar la incorporación del dinero digital o cashless en toda la sociedad peruana. En este marco, la segunda sesión del tercer día de #CADEdigital 2020 denominada “Cashless, un futuro sin dinero físico” abordó el tema y contó con la participación de Luis Carrera, CEO de Yape, y Mauricio Albán, fundador de B89. El conductor a cargo fue Fernando Balbuena, director ejecutivo de IPAE.
Durante su presentación, destacó que el 41% de personas en Perú tiene una cuenta de ahorro, por ende, accede a un servicio bancario. Sin embargo, para la mitad, la única interacción que tienen con los bancos es retirar el 100% del dinero en efectivo a fin de mes. Entonces, no se puede considerar a este grupo de personas como ‘bancarizadas’ ya que solo le dan un solo uso al mes.
Mencionó que el grado de inclusión financiera en el país está entre el 12% y el 15%. “Queremos incluir financieramente a los 2/3 de la población que aún no se siente cómodo al utilizar el dinero digital. El reto es que empiecen a usar este en su vida cotidiana”, indicó.
Sobre la pandemia y cómo hubiera sido si es que esta tecnología ya habría estado instaurada en el país, precisó que, si bien está acelerando el cambio de hábito en el uso del dinero digital, hay otros puntos que se tienen que trabajar como el tema de infraestructura para que soporte esta tecnología. “Esta situación podría motivar a que más personas se familiaricen con esta modalidad, ya que se ven impedidos de salir. Sin embargo, la regulación en este ámbito debe ser más flexible, pero siempre velando por la ciberseguridad en el uso de datos personales” declaró.
Asimismo, Albán instó a que las empresas tradicionales del sector financiero puedan trabajar en conjunto y generar una agenda común que tenga como centro al ciudadano. “Todos los desarrollos en este campo deben tener como objetivo que el peruano se familiarice con estas plataformas”, expresó.
Al consultarle sobre referencias del modelo de neobancos extranjeras, Albán recomendó no seguir el ejemplo de Uruguay, donde se ‘forzó’ a los ciudadanos a utilizarlos, abonando su sueldo en cuentas de haberes digitales. Contó que, no todos los uruguayos tenían una cultura de cashless, por lo que este comportamiento generó resistencia al uso de dinero digital.
Como conclusión, Carrera recomendó enfocar esfuerzos en cuatro puntos: flexibilizar la regulación teniendo cuidado con los datos, crear una infraestructura digital amigable para el usuario, generar incentivos para que las personas lo utilicen cada vez más y promover una educación y cambio de hábitos de la cultura digital. Por su parte, Albán instó a que todas las empresas bancarias, sin importar su tamaño, puedan trabajar en común en beneficio del usuario.