¿Cómo estás reconociendo a tus colaboradores?

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El reconocimiento es importante para el ser humano, porque lo eleva del nivel donde normalmente se desenvuelve. Lo pone en un pedestal y al alcance del cielo, las estrellas, la fama, o el premio (objeto o dinero) que viene para hacerle sentir especial, porque es su día, su momento cumbre. Siempre es bueno, para el merecedor del reconocimiento, que toda manifestación sea expresada en público y mucho mejor si es frente a aquellos que dudan de su capacidad y que hablan -siempre cuando él no está presente- que no debería estar en la empresa.

Las palabras tienen un valor inconmensurable, porque pueden levantar al desalentado, hacerle sentir ganador al perdedor y cambiar la perspectiva de algo. El efecto de una palabra no tiene retorno, así que es recomendable actuar con mucho tacto antes de pronunciar discursos. Controla tu lengua y tus emociones cuando vas a reconocer a alguien, pues podrías emocionarte y hablar más de la cuenta, tal vez, inventarte valores que la persona no posee. Si eres deslenguado una vez que empiezas a hablar -acompañado de algunos tragos- es mejor que seas breve y preciso.

No hables de ti, habla de la persona que está siendo objeto de reconocimiento. Destaca su fortaleza y dile que su potencial recién está mostrándose, que es capaz de más. Que la dirección está muy pendiente de su crecimiento personal y profesional, de su compromiso con la visión y misión de la empresa. Estoy seguro que dirás que todos en la organización tienen la opción de llegar a ocupar altos cargos, que no hay un techo. Así piensas tú, ¿verdad? O eres de los que creen que solo “los tocados por los dioses”, o sea, tú y tus preferidos donde se incluyen a tus familiares, esposa, hijos o la bella que sobresale para ti y te quita el sueño.

No vayas a cometer el error del jefe despistado e intrigador que se pone a comparar en público, pues, el halagado colaborador podría pasar a ser odiado y, quién sabe, hasta lo podrías meter en un lío que no ha buscado. Y, tú ya sabes que sus, hasta ese momento, amigos podrían meter virus en su computadora o hacerle sentir el frío del desprecio que los grupos conformados por mediocres es capaz de hacer sentir.

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Cae bien, siempre y cuando sepas de lo que hablas, destacar que la educación y la capacitación son la clave, mucho más si estás metido en el sector TI donde el cambio es permanente, donde la oferta es diversa y el precio es importante, tal vez, el que define las decisiones, en muchos de los casos. En pocas palabras, habla de educación y capacitación siempre y cuando tú seas ejemplo de ello.

Si no estás reconociendo a tus colaboradores, empieza hoy mismo a ver cómo podrías hacerlo. Mira bien a tu alrededor, qué es lo que tú tienes, cuánto cobras y cuánto se llevan los vendedores, la recepcionista y el personal de almacén. Tal vez te estás confundiendo, pensando -cual patrón angurriento- que los colaboradores tienen que estar agradecidos por trabajar en tu empresa. Si es así, te descalificas como moderno y justo, y necesitarás un proceso de transformación para conectarte con la justicia y las mejores prácticas para generar equipo, construir una sociedad justa y comprometida.

No seas el jefe o dueño de empresa que practica la ley del embudo, en el que tú te la llevas todo (el poncho y la guitarra) y a tus colaboradores les das migajas, a pesar que les exiges que produzcan miles de soles al mes, para darles un pago irrisorio.

Funciona que la autoestima de las personas esté elevada porque se genera un clima espectacular de armonía y crecimiento. Cuando tus políticas empresariales son injustas, solo conseguirás colaboradores descontentos, enfermándose y con baja producción. No seas pues una fuerza que destruye autoestimas, elige lo contrario, ser fuente de alegría, salud y justicia.

Recuerda que un colaborador resentido podría encender velitas misioneras para que tu próstata te empiece a joder.

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